Vivir cien años

El director del Semanario Búsqueda, Claudio Paolillo, conversó con Revista Martes sobre la libertad de expresión en el Uruguay, la actitud de los diferentes gobiernos desde la recuperación de la democracia y el liberalismo como idea y práctica. El Semanario cumplió 40 años y quiere cumplir 100.

¿Cuál es la primera reflexión que le merece el cumpleaños 40 del semanario Búsqueda?

Que una publicación que está básicamente dedicada a informar más que a entretener, que tiene como objetivo hacer periodismo e informar a la gente, se mantenga vigente y estable desde hace 40años y que haya crecido desde un boletín casi familiar, que se repartía entre 200 personas a mano, en forma amateur a ser una publicación que -según el Instituto de verificaciones y la empresa Cifra- leen cada semana 50 mil personas es una buena noticia para todo el periodismo del Uruguay.

No está en alza el liberalismo como bandera.

Búsqueda hoy es un semanario, cuando nació era una publicación que ni siquiera tenía periodicidad. Salía cuando podía. Efectivamente, nació en 1972 como una publicación cuyo único objetivo era difundir la doctrina liberal. No era informar con noticias de todo tipo, como es ahora, era una publicación de opinión. Eso cambió porque eso no funcionó, casi desaparece Búsqueda en el año 1974, no lo leía prácticamente nadie, hasta que resolvieron profesionalizarla poner un periodista profesional que fue Danilo Arbilla, que le diera un cariz profesional al asunto. En el año 75 pasa a ser un mensuario que además de contener artículos de opinión a favor de la doctrina liberal, tenía algunos artículos informativos. El gran salto se produce en 1981 cuando Búsqueda pasa a ser lo que es hoy, un semanario donde lo primero no es difundir una doctrina sino informar a la gente.

La información está por encima de la opinión. En la página editorial se mantienen pensamientos claramente orientados hacia la doctrina liberal, pero si hoy se pregunta al público por qué compra Búsqueda, no es porque quiere aprender sobre liberalismo, sino porque se quiere informar.  Retóricamente, el liberalismo está atacado, pero sólo retóricamente porque el liberalismo se emparenta con capitalismo y con economía de mercado y efectivamente se habla de neoliberalismo como un insulto. El neoliberalismo en realidad es el viejo liberalismo puesto en práctica nuevamente, con variantes, el liberalismo sigue existiendo en el Uruguay, con el Frente Amplio también. El liberalismo económico. Hay una mayor intervención del Estado en los asuntos de la economía en el Uruguay con el gobierno del Frente Amplio porque es un gobierno que tiene adentro el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Movimiento de Liberación Nacional, cuyo lema es por la liberación nacional y el socialismo, naturalmente  va a tener una orientación más estatista, pero si uno mira los hechos ve que la economía que hay en Uruguay es capitalista, donde el mercado es el asignador principal de los recursos y la oferta y la demanda sigue siendo la regla básica de la fijación de los precios y un gobierno que tiene una intervención en la economía relativamente importante, pero no definitiva, más importante sí que la que tuvo por ejemplo el gobierno de Lacalle.  En el gran cuadro no hay grandes cambios en los fundamentos de la economía. Hay otra parte del liberalismo -que muchas veces se olvida- que es el liberalismo político. Uruguay sigue siendo un país liberal desde el punto de vista político. Todas las doctrinas que desde hace siglos fundamental el liberalismo en el plano político están en vigencia en el Uruguay gobernado por un presidente tupamaro y estuvieron en vigencia también durante el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez. Es decir la separación de poderes, la independencia de la Justicia, la libertad de expresión. Hoy hay libertad de prensa y libertad de expresión en el Uruguay, sin ninguna duda. Nadie va preso, o tiene miedo a decir lo que quiere decir por temor a ser castigado con multas o con encarcelamiento. Esos son fundamentos del liberalismo político. Muchas veces se trata de señalar que el liberalismo es una mala palabra, para mí es una palabra muy respetable, ser liberal es muy interesante, es  creer en la libertad.

Respecto de la libertad de expresión, Vázquez y Mujica han tenido perfiles muy distintos, pero en términos generales ¿qué evaluación hace de cómo están trabajando los periodistas en estos dos gobiernos del Frente Amplio?

Yo diría que trabajamos con la tensión natural que siempre hay entre el periodismo y el poder, sea cual sea la ideología del gobierno que esté. En una democracia, el periodismo siempre está en tensión con el poder o con el gobierno de turno y eso no es ni malo ni bueno, tiene que ser así. La evaluación concreta sobre los gobiernos del Frente, creo que -al lado de otros países- no hay ningún problema grave en el Uruguay que afecte la libertad de prensa. En el gobierno de Vázquez, yo diría que sólo una vez que el presidente Vázquez salió a manifestar que unos medios eran opositores y otros eran oficialistas, aquello fue una expresión que generó una rispidez en el momento, pero fue tan absurdo el asunto…  Si uno como periodista se lo tiene que meter en una lista, uno prefiere ser opositor. Búsqueda estaba, pero me acuerdo que canal 12 no estaba, entonces Aldo Silva, conductor del informativo de Canal 12, dijo “¿entonces nosotros somos oficialistas?”, molesto con ese asunto.  Eso fue lo único, que es muy menor, que ni siquiera puede considerarse como un ataque a la libertad de prensa. Digo esto para marcar lo poco que ha habido de ataque a la libertad de prensa en el Uruguay.

Desde el 85 para acá, desde que terminó la dictadura, el cuadro general es de respeto a la libertad de prensa, con algunas cosas que forman parte de la tensión que hablaba antes en todos los gobiernos. En los gobiernos de Sanguinetti y Lacalle, sí  había unas llamadas tratando de presionar para que la nota saliera del modo que más le convenía al ministro o para que la nota no saliera, pero es hasta natural que los gobiernos llamen y traten de presionar, el problema no es que traten de presionar, el problema es si uno se deja presionar.  Los ministro como cualquier persona del gobierno o que esté involucrado en una noticia va a querer que salga lo mejor para su propia imagen, no necesariamente la verdad, la verdad relativa. Los hechos que se están narrando no son necesariamente del interés de la fuente o de los protagonistas de las noticias y es natural que pretendan que se publique lo que los deje mejor parados y eso ha ocurrido en todos los gobiernos y es normal que ocurra, el problema es cuando el periodista se deja presionar y ahí es cuando la presión surge efecto. Si no, el ministro llamó dijo esto, pero igual sigo para adelante. Podría haber castigos, por ejemplo utilizando la pauta publicitaria del Estado que en Uruguay es muy importante. Las cuatro principales empresas en Uruguay son estatales, ANCAP, UTE, Antel y el Banco República, por lo tanto el avisaje, la publicidad de estas cuatro empresas es una parte importante de la torta publicitaria.

Se podría utilizar ese mecanismo para premiar a los que se portan “bien” y castigar a los que se portan “mal” y yo eso no lo puedo denunciar porque no ocurre, no ocurre en el gobierno de Mujica, donde la publicidad se distribuye bastante bien, con criterios técnicos entre los medios, no ocurrió durante el gobierno de Tabaré Vázquez, no ocurrió durante el gobierno de Batlle, no ocurrió en gobierno de Lacalle, ni en el primer gobierno de Sanguinetti. Hubo algunos problemas en el segundo gobierno de Sanguinetti.


Aquí la situación de libertad de prensa no es  ni por asomo la que se da en Argentina o en Ecuador, o en Venezuela o en Colombia, donde durante el gobierno de Álvaro Uribe hubo problemas o en Honduras, donde matan a los periodistas como moscas, o en México donde el narcotráfico también mata periodistas como moscas. Estamos en una situación que debería ser normal, pero como no es normal tengo que decir que somos privilegiados.

¿Cómo ve las nuevas leyes de prensa y regularización de medios? ¿Pueden existir leyes que contribuyan al libre ejercicio de la profesión?

Yo soy de la idea de que la mejor ley es la ley del castigo o el premio del público, que la gente libremente decide si sigue al medio porque le cree, o no lo sigue porque no le cree. Creo que la mejor ley es dejar que la gente elija. Pero lo que puede haber, que no tiene que ver con los contenidos, leyes que regulen las radios y los canales de televisión que están sujetos a concesiones del Estado porque usufructúan ondas que no son de ellos, sino que son de la humanidad, el Estado las administra, pero son del público. Tiene que ver una regulación de cómo conceder las ondas, por qué período de tiempo, llamados a concursos transparentes. En Uruguay no ha sido así, no hay nada que regule eso, salvo las viejas leyes de cuando se inició la televisión. Si hay una discusión sobre una ley que se limite a eso, a regular el negocio, yo no lo veo mal. No veo mal que se transparente completamente el negocio de los canales y de las radios en materia de cómo se adjudica una onda, en función de que proyectos de canales o de radios, que una vez que venza el plazo se llame a licitación y que lo pueda ganar el mismo u otro si tiene un proyecto mejor, eso también es liberal. Lo que no me parece bien y me parece muy mal es que el Estado se meta con los contenidos, que nos venga a decir alguien del Estado por más que lo designe un grupo de notables, qué podemos leer, qué no podemos leer, qué podemos escuchar y qué podemos escribir. Yo tengo 52 años y eso lo viví durante la época de la dictadura y no lo quiero volver a vivir.

¿Cómo ves el futuro del periodismo en Uruguay?

El periodismo nunca va a desaparecer porque nunca va a desaparecer la necesidad de la gente. El 99% de las personas no son periodistas, trabajan de otras cosas, de taximetristas, de albañiles, de médicos y no están todo el día dedicados a andar atrás del ministro de Economía o del director de Pluna.  El público general, por más que ahora tenga acceso a través de twitter, o facebook a cualquier noticia de cualquier parte del mundo en un tiempo cortísimo, siempre va a necesitar alguien que haga el trabajo que ellos no pueden hacer y ese es el trabajo de toda la vida; seleccionar entre el fárrago  infinito de notas y cosas que son basura mezclada con cosas que son seria, seleccionar lo que uno considera que es de interés público. Estas 17 cosas que hay entre las infinitas cosas que pasaron hoy son las que voy a mostrar, en la elección de esas cosas está el éxito o el fracaso de un medio o de un periodista en el caso de que sea un blog unipersonal. Si vos seleccionas cosas que a la gente le interesan y la gente te considera creíble y empieza a confiar que vos le estás dando información que para ella es relevante vas a tener relativo éxito, si le errás y ponés cosas que no le importan a nadie no . Si ponés cosas de la farándula de repente tenés más público que poniendo cosas serias, pero ahí ya no estás haciendo periodismo, sino entretenimiento. Lo que está en juego es en qué soporte se va a mantener pero si vos mirás en la historia de la libertad de expresión no importa el soporte, importa ejercerla con señales de humo. Cuando Gutenberg no había nacido, muchísimo antes que eso, la gente se comunicaba con señales de humo o con tambores o con palomas mensajeras. Después se comunicó con lo que precedió a la imprenta de Gutenberg que fueron los papiros y después vino Gutenberg y generó la misma revolución que internet está generando ahora y fue lo escrito. El periodismo siempre, de un modo u otro, existió y fue necesario, no para los periodistas sino para la gente.

¿Qué espera Búsqueda para sus próximos años?

Búsqueda ha tenido tres directores; Ramón Díaz, que lo fundó como una publicación de doctrina, luego Danilo Arbilla y el tercer director desde el año 2010 soy yo. Desde el comienzo los fundadores de Búsqueda y sobre todo el segundo director dijo vamos a tratar de hacer una publicación que dure 100 años y bueno, yo estoy en la misma. Estamos introduciéndonos en el mundo on line, tenemos una página con un sistema pago, estamos haciendo evaluaciones para ser un mix de pago con gratuito, para durar 100 años. Todo dependerá de la calidad de los contenidos que ofrezcamos a la gente,  ese es el centro, el principio y el fin de todas las cosas en el periodismo. Para durar cien años, tenemos que hacer buen periodismo.

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