El ministro de Trabajo dijo a Revista Martes que el gobierno “generó la certeza” de que es “confiable y ecuánime”, apuntó que el planteo de Cabildo Abierto sobre la Ley de Caducidad es “anacrónico” y comentó que Raffo “puede ganar” la elección departamental. Por Agustín Zabala

Pablo Mieres asumió como ministro de Trabajo en marzo de 2020, seis meses después de que el Partido Independiente recibiera un fuerte golpe electoral, y trece días antes de que el Poder Ejecutivo decretara la emergencia sanitaria por el Covid-19, paralizando buena parte de las actividades económicas y sociales.
Ante la llegada del coronavirus, el mercado de trabajo comenzó a vivir una “reestructuración”, según dice el jerarca en diálogo con Revista Martes, que podría llevar la cifra del desempleo a un 15%, la cifra más alta desde la crisis del 2002. “Eso es lo que imaginamos”, señala.
El jerarca puntualiza una declaración a esta publicación, allá por diciembre, cuando decía que el principal objetivo del ministerio era evitar la pérdida de poder adquisitivo. “Han cambiado totalmente las realidades”, dice. Así mismo, repasa y defiende las iniciativas del gobierno, pero subraya que -cuando hay crisis- el “sentimiento de insuficiencia está siempre arriba de la mesa”.
Las medidas del gobierno pudieron haber amortiguado el impacto de la crisis; sin embargo, algunas voces, sobre todo del sindicalismo y desde el Frente Amplio, reclamaron medidas más profundas. ¿Cómo evalúa esas medidas y ese reclamo?
Siempre cuando hay una crisis, el sentimiento de insuficiencia está arriba de la mesa. También digo que no se sabe cuándo va a terminar el problema sanitario, entonces tenés que administrar. Se hace mucho más difícil poder responder con justicia a situaciones muy distintas y variadas. Por ejemplo, ahora se está votando la exoneración de aportes patronales para las empresas de transporte escolar, que son empresas chicas, muy chicas y familiares, y que no tuvieron ningún tipo de actividad. Las cantinas también están en ese sentido, y así podríamos seguir sumando sectores y grupos de actividad que han sido golpeados. Todas esas cosas hay que ir viéndolas, porque lamentablemente el tema no acabó. Después está todo el desafío grande de crear las condiciones de capacitación para los trabajadores que van quedando por el camino, y ahí el Inefop va a tener que jugar un papel muy importante.

«Está el desafío grande de crear las condiciones de capacitación para los trabajadores que van quedando por el camino»
Es complejo ese tema, porque cuando termine el seguro de paro varios trabajadores pueden no volver a sus puestos
Es inevitable, porque en toda crisis hay una reestructura del mercado de trabajo, y en esa reestructura de trabajo siempre hay ganadores y perdedores. Uno tiene que hacerse cargo y tratar de que quienes quedaron por el camino se reenganchen, y es a donde apostamos con el Inefop.
¿Qué se espera de las cifras de empleo?
Ahí hay un problema metodológico, porque el mecanismo histórico y tradicional que se usa para medir el empleo es la pregunta “¿Usted está buscando trabajo?”, y allí los desocupados son aquellos que, queriendo trabajar, no lo consiguen. De acuerdo con ese indicador, el número es estable y bajo en relación con lo que uno esperaba. La aguja no se ha movido en estos meses partiendo de que en febrero era el 10%, en marzo bajó, y en abril y mayo bajó a 9,7%. Eso llama la atención, pero en realidad tiene una explicación: mucha gente no está trabajando, pero no está buscando trabajo. Y mucha otra gente está en seguro de paro y, por lo tanto, no es considerada desempleada. Ahora, una forma de medir cuál va a ser el impacto, es ver la cantidad de personas ocupadas. Allí, ya en marzo, pero después en abril, hay 100.000 mil personas menos trabajando. Ya ahí ves la desocupación que puede haber: un 5% de la cantidad de las personas económicamente activas. Es eso que se habla de 15%, que es lo que imaginamos.
«En toda crisis hay una reestructura del mercado de trabajo, y en esa reestructura de trabajo siempre hay ganadores y perdedores».
Es un escenario bravo, porque es uno de los números más altos de los últimos años.
Sí, sí. Entre 2002 y 2003, el desempleo promedio de esos años fue de 16%, que es más o menos la cifra que podría alcanzar ahora, con la diferencia de que la crisis que se dio fue en Uruguay, y la región, y ahora estamos en una crisis mundial. Si comparamos lo que nos pasa con lo que está pasando en otra partes del mundo, no estamos tan mal. En Uruguay, la crisis está teniendo un impacto social y económico muy fuerte, pero si vos decís que América Latina se calcula que va a haber una caída del PBI del 10%, en Uruguay algunos dicen que va a caer entre 4 y 6 %. Es una situación menos mala, dentro de un panorama patético. Es muy difícil hacerse una idea de lo que implica que el mundo tenga una caída del PBI del 6%, tiene consecuencias catastróficas. Desde ese punto de vista, Uruguay va a tener un impacto que no nos va a poner en febrero, que no nos va a retrotraer a febrero. Esta es una situación que viene de algunos meses antes de la pandemia, en Uruguay se perdieron 50mil puestos de trabajo antes de marzo.

La de Uruguay “es una situación menos mala, dentro de un panorama patético”
¿Cómo viene desarrollándose el diálogo con los sectores sociales vinculados al empleo?
Arrancó el lunes con una puesta al día de los datos y se supone que vamos a empezar a considerar propuestas, y además vamos a tener una negociación en el sector público por el presupuesto. Esa es otra discusión. Lo que está planteando, que es base al ministerio de Economía y es razonable, es que, si el sector privado tuvo un acuerdo salarial con pérdida de poder adquisitivo, vinculado a la caída de la economía, creemos que el sector público debería tenerlo. Hay que discutir de qué manera y en qué sectores.

“Acá nadie puede decir que el Ministerio de Trabajo o el gobierno hayan actuado moviéndose del centro, con inclinaciones a favor de una de las partes. Hemos generado la certeza de que somos confiables, ecuánimes y que vamos buscando lo mejor para todos”.
Esa discusión presupuestal puede dar paso a una mayor conflictividad, ¿cómo evalúa ese aspecto?
La verdad es que hasta ahora ha existido el diálogo. Yo creo que se apostó a trabajar sobre la diversidad con paciencia, y eso es muy valioso, y ha generado una capacidad de entendimiento que, más allá de las posiciones y las circunstancias, va a seguir estando. Y nos permitió avanzar en temas importantes y dar señales a la ciudadanía, que para resolver temas complejos nos pusimos de acuerdo, y no solo en el periodo puente de un año en los Consejos de Salarios, sino también en temas como los de la construcción, servicios, que hoy están trabajando fuertemente. Hay una capacidad de entendimiento que valoramos mucho.
Ahora, si después deriva en una conflictividad, que supongo que la discusión presupuestal tendrá, porque es componente de debate e histórico, creo que se ha caído y debilitado esa imagen que podría estar prestablecida de que el gobierno podría inclinar una suerte de flechamiento de la cancha. Acá nadie puede decir que el Ministerio de Trabajo o el gobierno hayan actuado moviéndose del centro, con inclinaciones a favor de una de las partes. Hemos generado la certeza de que somos confiables, ecuánimes y que vamos buscando lo mejor para todos.
“Falta bastante para tener un pronóstico de resultado, es una elección que se puede ganar”
Algunas voces de la coalición han dicho que están de acuerdo con el recorte, pero hay otras, como las de Cabildo Abierto, que han hablado de aumentar el gasto si es necesario e incluso han utilizado conceptos como el de la motosierra, ¿cuál es la postura del Partido Independiente?
Nosotros tenemos plena confianza, e insistimos en eso en la campaña, en que hay que hacer un esfuerzo grande en la reducción del gasto, sin prejuicio de que en este periodo de que estamos afectados por la emergencia sanitaria, sabemos que hay que atender las políticas sociales, sin perder de vista que nos parece que hay que hacerlo. Tal vez haya que pensar en el recorte de los 900 millones de dólares a largo plazo.
¿Le preocupa las últimas iniciativas legislativas de Cabildo Abierto?
El Partido Independiente se ha manifestado muy claramente a través de Iván Posadas. La posición histórica del partido no va en la línea planteada por Cabildo Abierto, que tiene problemas de anacronismos, además. Acá no se van a modificar las cosas en las que se ha avanzado.
¿Cree que Cabildo Abierto le está marcando la agenda a la coalición?
No. Creo que Cabildo Abierto está marcando su agenda, y tiene todo el derecho de hacerlo porque tuvo su caudal de votos y está defendiendo las demandas que cree que representan. La coalición tiene una agenda que está clara y se está cumpliendo de forma concreta y sin mayores inconvenientes.

«La propuesta de Cabildo Abierto “tiene problemas de anacronismos. Acá no se van a modificar las cosas en las que se ha avanzado”
¿Cómo ve la proyección de la coalición en Montevideo?
Creo que tenemos una gran candidata, con mucha fuerza muy buena capacidad de comunicación, y con respaldo de los partidos que la apoyamos. Falta bastante para tener un pronóstico de resultado, es una elección que se puede ganar. La iniciativa del debate es acertada, que pone en una situación difícil a los candidatos del Frente Amplio. Raffo tiene chances de ganar.
¿Fue una buena elección la de Raffo, entonces?
Sin lugar a duda. El proceso fue complejo, pero se terminó decidiendo por una candidata que todos apoyamos.