Segunda parte

ROCHA

Historias de pandemia
en Uruguay

Rocha es uno de los departamentos del país más complicados por el coronavirus. Pese a que la ciudad de Rocha no ha sufrido brotes masivos, su calidad de capital departamental la colocan en el centro del problema. Por un lado, la frontera seca con Brasil facilitó el ingreso de contagios provenientes del país vecino y, por el otro, con la llegada del calor y el inicio de la temporada estival 2021, la costa atlántica del departamento concitó la llegada de miles de turistas de todas partes del Uruguay. 

La Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) no cuenta con camas de CTI en el Hospital del departamento, ubicado en la capital, por lo que, ante eventuales cuadros graves, debe coordinar el traslado de pacientes con otros centros asistenciales. Para paliar la situación, a fines de 2020 se dispusieron tres nuevas ambulancias en el departamento: una con base en Chuy, otra en Castillos, y la restante en la ciudad de Rocha.

Historias de pandemia en Uruguay

PAYSANDÚ

Fotos: Intendencia de Paysandú

Historias de pandemia en Uruguay

El confinamiento de los uruguayos en Valencia
Por Carlos Colomer Barcia

El confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19 ha afectado a todas las sociedades del planeta.
Este nuevo virus ha conseguido paralizar un mundo que está acostumbrado a estar siempre en movimiento.
De este movimiento del mundo deriva la migración de personas hacia otros países en busca de oportunidades, y estas personas también se han visto afectadas por un virus que no entiende ni de etnias ni clases sociales.
Uno de los países que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia fue España, con 47 millones de habitantes del cual 6 millones son personas migrantes. Aunque el virus entró en Europa a través del norte de Italia, España no tardó en activar el Estado de Alarma y encerrar a sus habitantes en una cuarentena que duró casi cuatro meses y que ha dejado una grandísima crisis económica en diversos sectores de la sociedad. Si para los ciudadanos españoles ha sido difícil vivir un confinamiento por primera vez en sus vidas, más aún lo ha sido para aquellas personas migrantes que residen en España. Para contarlo, viajamos hasta Valencia, la cuarta ciudad más grande de España y que fue la primera en registrar contagios en toda la Península Ibérica, y en la que, según fuentes oficiales, residen casi 3.000 uruguayos. La primera uruguaya con la que hablamos se llama Carina Rocha, en Uruguay vivía en Progreso, Canelones, y lleva 16 años en Valencia. Actualmente es la presidenta de la Casa Uruguay de Valencia. Carina asegura que el comienzo de confinamiento fue un auténtico espanto, ya que coincidió con el fallecimiento de cuñado debido a un cáncer y al que apenas pudieron visitar en los últimos momentos de su vida. Con el confinamiento más avanzado y ya recuperada por el duro golpe, comenzó a ayudar a una ONG para repartir comida a las personas que peor lo estaban pasando en esta situación. Más adelante comenzó a realizar esta labor a través de Casa Uruguay, una asociación de uruguayos que residen en Valencia y organizan eventos y actos para traer un cachito de Uruguay a estas tierras valencianas. A pesar de todas las complicaciones, Carina está convencida de que se puede sacar algo positivo de todo esto: “la solidaridad de las personas ha sido realmente admirable”. Alberto Malet lleva en España 18 años y es electricista. La pandemia le llevó a perder el trabajo y a tener muchas inseguridades en el tema laboral. Cuenta que en lo personal no ha sido una experiencia de enriquecimiento, y cree que de esta situación es muy difícil sacar cosas buenas. También asegura que el confinamiento le facilitó hablar más con su familia de Uruguay, con la que por diferencias de horarios muchas veces no es fácil verse a través de la videollamada. Otro de los testimonios recogidos es el de Eduardo Bejar, funcionario de servicio público en España. Eduardo sufrió el COVID-19 en sus propias carnes, ya que él, su esposa y su hija se contagiaron en los primeros días de cuarentena. Aunque asegura que fueron días complicados, cuenta que se creó una bonita red de solidaridad por parte de la Casa Uruguay, de la que fue encargado de crear los papeles para que se pudieran repartir alimentos por toda la ciudad. A Julio Morales le tocó vivir solo el confinamiento, pero cuenta que el móvil fue un gran medio de contacto con las personas. Julio afirma que él es de abrazar, y dice que lo que más le fastidia del virus es no poder estar en contacto con sus amigos y familia. También afirma que este virus puede hacer pensar a todos por la igualdad del mundo. Un caso excepcional puede ser el de Maximiliano Urrutia. Maxi trabaja en Valencia en un negocio de motos de agua, y asegura que para él el confinamiento ha sido como unas vacaciones de trabajo. Cuenta que este virus le ha venido hasta bien, y dice que el tema de las distancias con su familia natal a él no le afecta mucho. Fuera de este caso excepcional, la situación en España ha sido, y continúa siendo dramática. A los uruguayos residentes en el extranjero solo les queda mirar con esperanza al futuro, mientras se les escapa una sonrisa de orgullo cuando la gente les habla de lo bien que ha llevado Uruguay la lucha contra el COVID-19.

Créditos: Las entrevistas fueron realizadas entre el 1 de julio y el 2 de noviembre de 2020, en Colonia del Sacramento, La Paz, Paso de los Todos, Tacuarembó, Salto, Paysandú, Durazno, Bella Unión, Rocha y Valencia (España). Trabajaron en diseño, producción realización, edición y redacción: Pablo Méndez, Tomás Burjel, Matilde Goñi, Carlos Colomer y Jorge Luis Costigliolo.

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