En una entrevista realizada por Montevideo Portal, el presidente José Mujica habló sobre su vínculo con los medios de comunicación, criticó la línea editorial del diario El País y señaló que el carácter de empresa afecta a la calidad de los periodistas que contratan.
«Los medios viven a costillas mías, han hecho plata conmigo, se revuelven. Me dan palo, pero no escapan a lo que es la sociedad. También los medios son empresas. Como tales tienen presupuesto y a veces sustituyen a un periodista y tienen que poner a un botija que hizo un par de cursos, porque les sale más barato que un periodista viejo y allá lo mandan, y el tipo le puede hablar de fútbol o de política al tipo y el tipo hace lo que puede, y todavía después llega a la redacción y le cambian los títulos y el tipo tiene que seguir laburando. Eso existe», afirmó el presidente una entrevista realizada el pasado 3 de febrero, a 25 días del término de su mandato.
Mujica dijo que durante su mandato ha tenido en cuenta el hecho de que un periodista es un trabajador: «En primer término, uno como trabajador tiene que tener en cuenta que el tipo es un trabajador que está luchando para sobrevivir, que tiene que llevar algo y no se pueden quejar. Siempre algo llevaron».
Consultado sobre cómo se llevó con los medios de comunicación en sus cinco años de gobierno, Mujica respondió: «En una sociedad de clase, la mayor parte de los medios naturalmente son opositores intrínsecamente a un gobierno de cambio que tira por el reparto social, que no se expresa en términos absolutos, que también se expresa en las contradicciones de clases. Yo no puedo esperar que El País me elogie, porque el día que El País me pueda elogiar voy a pensar: “¿Qué estoy haciendo?”. Siempre me van a dar palo y palo. Me equivoqué con El País porque siempre fue oficialista; su enfermedad es el oficialismo, y yo pensé: “Si ahora el oficialismo va a ser el Frente, vamos a tener un diario grande oficialista”, pero me equivoqué. Si bien siempre fue oficialista, era si los gobiernos pateaban para la derecha. No se hacía problema que hubiera dictadura, todo eso era potable. Lo que no resulta potable es un gobierno de izquierda. No hay caso: somos horribles, malos contra la democracia, contra todo».