El 5 de febrero el diario israelí Haaretz informó que a mediados de enero un funcionario de la embajada de Irán en Uruguay había sido expulsado por su vinculación con la colocación de un aparato explosivo en las torres del World Trade Center.
El periódico israelí atribuye la información a altas fuentes de Jerusalén. Los medios uruguayos informamos como correspondía la noticia en los términos utilizados por la publicación y citándola.
Paralelamente, el 6 de febrero, buscamos confirmar o desmentir lo publicado por Haaretz. La Embajada de Irán planteó que corresponde informar a Cancillería y no dio ninguna información, mientras que el canciller Luis Almagro-que se encontraba en una visita oficial a Paraguay- respondió 20 horas después de la publicación de Haaretz con un comunicado conjunto con el Ministerio del Interior.
Haaretz tuvo la virtud de informarnos de un incidente diplomático que los uruguayos desconocíamos. Sin embargo de la información primaria que dio casi nada resultó ser cierto: El funcionario iraní no fue expulsado, no estaba en el país cuando ocurrió la simulación de atentado en el WTC, y no fue vinculado con ese incidente por el gobierno uruguayo.
¿Qué posibilidades hay que las fuentes de Haaretz hayan equivocado de buena fe los términos del asunto? Las altas fuentes de Jerusalén deberían saber que si un funcionario es sospechoso de un simulacro de atentado contra Israel o contra el país que fuera, el gobierno lo llevará a la Justicia. También si conocían el incidente diplomático es bastante probable que conocieran que la salida del funcionario iraní se dio el 7 de diciembre, un mes antes de que ocurriera el hecho en el Word Trade Center, que le atribuyeron.
El Ministerio del Interior y Cancillería explicaron que la información que vincula al funcionario iraní con la Embajada de Israel, es un incidente ocurrido el 24 de noviembre, día que se encontró un maletín vacío en las inmediaciones de otra sede de la Embajada, en la calle Bulevar Artigas. El elemento resultó sospechoso para la seguridad israelí y al registrar las cámaras encontraron la presencia del funcionario en el lugar, que explicó a las autoridades uruguayas que había ido a atenderse a una mutualista de la zona.
Pocos días después, algunos medios de prensa hablaban del hallazgo de una bomba en un maletín en la puerta de la Embajada, cuando el maletín estaba vacío y al lado de un contenedor cerca de la sede. La versión equivocada de los hechos llegó a una columna de opinión de Andrés Openheimer del diario La Nación, en la que señala que Almagro no debe tomarse a la ligera los dos atentados.
Si el gobierno uruguayo hubiera informado en tiempo y forma sobre el hecho, nos hubiéramos ahorrado haber sido víctimas de toda la manipulación que rodeó la información del caso. Sin embargo se optó por salir a la prensa solo luego que Haaretz publicada la versión equivocada.