El vicepresidente de Estados Unidos advirtió a México y Uruguay y los países que continúan reconociendo al presidente de Venezuela Nicolás Maduro que «ha llegado la hora» de reconocer al legislador Juan Guaidó como presidente.
«A los líderes del mundo también les decimos que ha llegado la hora, no puede haber espectadores en la lucha por la libertad de Venezuela. Estados Unidos insta a cada nación que ama la libertad en el hemisferio, incluido México y Uruguay y las naciones del este del Caribe, que se nos unan en reconocer al presidente interino Juan Guaidó», expresó en conferencia de prensa, luego de reunirse con el Grupo de Lima.
«Los instamos a reconsiderar su apoyo por el tirano. Únanse a naciones del mundo, al pueblo venezolano y retiren el respaldo que brindan al régimen de Maduro. Quienes lo apoyen solo lograrán aislarse aún más», advirtió.
Pence reiteró que el gobierno de Estados Unidos maneja todas las opciones, incluyendo una intervención militar y agregó que cualquier agresión contra Colombia será respondida militarmente.
Si bien Cancillería no hizo comentarios sobre sus dichos, el ministro de Relaciones Exteriores, Nin Novoa, reiteró el más firme respaldo a una salida negociada y un terminante rechazó a la intervención militar, durante su intervención en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas
«Uruguay no está dispuesto a contribuir a aumentar la polarización de las posiciones con el riesgo gravísimo de un enfrentamiento civil y militar, incluso de una intervención extranjera que rechazamos en los más firmes términos», expresó el canciller.
En esa línea Nin aclaró que “esperar o proponer otra conducta de parte del Uruguay defraudaría su esencia como estado democrático, pacífico y apegado al multilateralismo y traicionaría también -probablemente por oportunismos de corto plazo-, las mejores tradiciones de nuestra política exterior, que florecieron a lo largo de todos sus tiempos, de sus gobiernos democráticos, de sus hombres y de sus partidos”.
“Esperar o proponer otra conducta de parte del Uruguay defraudaría su esencia como Estado democrático, pacífico y apegado al multilateralismo y traicionaría también las mejores tradiciones de su política exterior»