Tras obtener más de tres mil votos en las pasadas elecciones internas, el candidato a la Presidencia de la República Gustavo Salle habló con Revista Martes sobre la política, la propaganda electoral, los seres humanos y sus luchas por el poder.

¿Qué evaluación hace de los resultados que obtuvo el Partido Verde Animalista en las elecciones del 30 de junio?
Lo primero que tenemos que decir es que el Partido Verde Animalista tenía una existencia jurídico electoral pero nunca había participado de un proceso electoral. El PVA es un partido extremadamente pobre austero, no tienen financiación de ningún grupo económico, se hace con el aporte de los militantes y los candidatos. Pudimos hacer solamente 40 mil listas en blanco y negro. El sistema electoral es un sistema basado en las normas de la mercadotecnia, la conquista del elector cual si fuera un consumidor. Así,los grandes partidos, el Partido Nacional, el Frente Amplio y el Partido Colorado, hicieron su despliegue que fue de millones de dólares. Sería muy sano para el sistema partidocrático que vive el país, analizar de dónde vienen esos fondos, seguramente encontremos aportes de las multinacionales, que se ven beneficiadas con políticas independientes del disfraz ideológico que se ponga el partido.

«Pudimos hacer solamente 40 mil listas en blanco y negro. El sistema electoral es un sistema basado en las normas de la mercadotecnia, la conquista del elector cual si fuera un consumidor»
¿Esos 3029 votos estaban por encima de las expectativas del PVA?
Creemos que es un papel digno. Ahora bien, en esta experiencia política partidaria una de las lecciones que nos llevamos es las confirmación de todo lo que hemos dicho sobre el poder real, quiénes están verdaderamente digitando, direccionando, condicionando las políticas estructurales del país. Pudimos comprobar cómo los partidos políticos operan como meros intermediarios entre esos grupos de poder y la población del país. Participamos en política obtuvimos 3029 votos, nuestra campa;a se limitó a nuestras intervenciones limitadas en los medios y a una decena de pasacalles que nos donó un empresario afín a nuestro discurso. Si alguna vez nos ven participando en elecciones con posibilidades de ganar es porque nos vendimos a una multinacional.
«Los partidos políticos operan como meros intermediarios entre esos grupos de poder y la población del país»
Los partidos políticos con posibilidades presidenciables son dos, el Frente Amplio y el Partido Nacional. Conforme a las declaraciones de Lacalle Pou que habló de una carpa multicolor, en la que colocó a Talvi, a Mieres, a Manini y no colocó expresamente pero conforme a su discurso, debería haber colocado a Daniel Martínez. Uno podría preguntarse qué sentido tienen las elecciones si en esa carpa multicolor entran todos. Las elecciones son una teatralización de empoderamiento del pueblo, para que el pueblo crea que puede decidir el destino de la patria, de sus vidas.

«Las elecciones son una teatralización de empoderamiento del pueblo, para que el pueblo crea que puede decidir el destino de la patria, de sus vidas».
¿Por qué sostiene que en esa carpa podría colocar a Daniel Martínez?
Porque conforme a su discurso y a su programa de gobierno, las grandes líneas estructurales del país, seguirán siendo las mismas. Lacalle Pou habla de evolución, partir de determinado estado de situación para profundizarlo. A mí no me cabe la menor duda que es así. Esa carpa multicolor alberga el contrato robo UPM, que es aceptar el modelo extractivista, reprimarizador, neocolonialista, condicionante y que proyecto una serie de consecuencias muy negativas sobre la sociedad del siglo XXI.
Con este proyecto están todos de acuerdo, Manini ríos lo único que cuestionó fue la modalidad del contrato. El único partido que está en contra de este modelo es el Partido Verde Animalista.
Este es un contrato criminal, el Partido Nacional acepta todo eso y está convalidando la corrupción. El problema arranca con la negociación secreta de UPM, con el presidente de la república encerrado en Finlandia vendiendo la tierra y el agua del Uruguay, ahí está el principal problema, sin haber transitado por una licitación pública internacional. Es un contrato abusivo, en detrimento de todos los uruguayos.
Hay muchas personas que pueden compartir su idea de que no existe un modelo alternativo al capitalismo en la oferta electoral, pero pese a ello ven virtudes en alguno de los grandes partidos. ¿Qué les dice a esos votantes? ¿Por qué sería bueno que votaran al PVA?

El 99.9% de los ciudadanos ha visto cosas positivas en esos partidos, pero que e lo que ven sea real, es otra cosa. El Uruguay, en virtud de un trabajo de adoctrinamiento, ha aceptado un discurso que proviene de la elite y una inserción internacional como productor de materia prima sin ningún tipo de cuestionamiento. Acá no hay diferencias modélicas entre Talvi, Lacalle Pou, Manini o Martínez.
«El Uruguay, en virtud de un trabajo de adoctrinamiento, ha aceptado un discurso que proviene de la elite»
¿Cómo viviste la campaña como precandidato, dentro de un partido, pidiendo el voto a la gente?
El cambio más importante es tener que lidiar con toda la problemática que se genera cuando vos trabajás con un colectivo humano. El ser humano es complejo y honestamente hemos tenido que lidiar con esa complejidad, no fue fácil poder conciliar el colectivo, tenemos problemas graves dentro del partido. Una cosa es ser Gustavo Salle, operando en solitario y otra cosa es operando en un colectivo. Si hay un ámbito donde se conjugan todo tipo de intereses, y no todos santos, es la política, en la política están presentes los grandes demonios que aquejan al ser humano, es donde aparece lo peor del ser humano. Ha sido un aprendizaje muy interesante.