
Este momento no tiene precio, servir a la patria como presidente y eso es posible solo porque dios preservó mi vida y ustedes creyeron en mí. Juntos tenemos que hacer que Brasil ocupe el lugar que le corresponde en el mundo y llevar paz y prosperidad a nuestro pueblo.
Es con humildad y honor que me dirijo a todos ustedes como presidente de Brasil. Me pongo al frente de toda la nación en este día, el día en que el pueblo comenzó a liberarse del socialismo, de los valores cambiados, del gigantismo estatal y lo políticamente correcto. Las elecciones dieron voz a quien no era escuchado Y la voz de las calles y de las urnas fue muy clara. Yo estoy aquí para responder y comprometerme con ese deseo de cambio. También estoy aquí para renovar nuestras esperanzas y recordar que si trabajamos juntos, ese cambio será posible.
Respetando los principios de un Estado democrático, guiados por nuestra Constitución y con Dios en el corazón, a partir de hoy ponemos en práctica el proyecto que la mayoría de la población brasileña democráticamente eligió. Vamos a impulsar los cambios que requiere el país. Tenemos abundantes recursos minerales, tierras fértiles bendecidas por Dios y por un pueblo maravilloso. Tenemos una gran nación para reconstruir y eso haremos juntos. Los primeros pasos ya fueron dados.Gracias a ustedes yo fui elegido con la campaña más barata de la historia. Gracias a ustedes hemos sido capaces de armar un gobierno sin conspiraciones o acuerdos políticos, un equipo de técnicos y ministros capaces de transformar nuestro Brasil. Pero todavía hay muchos problemas por resolver. No podemos dejar que las ideologías nefastas dividan a los brasileños. Ideologías que destruyen nuestros valores y tradiciones y destruyen nuestras familias, la base de nuestra la sociedad.
Yo invito a todos a empezar un movimiento en consecuencia. Nosotros, usted y yo, y nuestra familias, todos juntos, restablecer normas éticas y morales que transformarán nuestro Brasil. La corrupción, los privilegios y las ventajas deben terminar. Los favores políticos deben quedar en el pasado, para que el gobierno y la economía sirvan realmente a la nación. Todo lo que proponemos y lo que haremos a partir de ahora tiene un propósito común e innegociable: los intereses de los brasileños en primer lugar. El brasileño puede y debe soñar con una vida mejor, con mejores condiciones para disfrutar del fruto de su trabajo, por la meritocracia y el gobierno será honesto y eficiente, apoyando y allanando el camino que nos llevará a un futuro mejor, en vez de poner barreras y peajes.
Para este fin empezamos nuestro caminar. Con este espíritu y determinación que todo el equipo asume hoy. Tenemos el reto de hacer frente a los efectos de la crisis económica, del desempleo, de la ideologización de nuestros niños, la distorsión de los derechos humanos y la deconstrucción de la familia. Vamos a proponer e implementar las reformas necesarias. Vamos a ampliar la infraestructura, reducir la burocracia, simplificar, eliminar la desconfianza y el peso del gobierno sobre quien trabaja y quien produce.
Es también una necesidad urgente terminar con una ideología que defiende bandidos y criminaliza policías, lo que llevó a Brasil a vivir los crecientes niveles de violencia y el poder del crimen organizado que se cobra vidas inocentes, destruye familias y conduce a la inseguridad en todas partes. Nuestra preocupación es por la seguridad de la gente de bien y la garantía de los derechos de propiedad y la legítima defensa y nuestro compromiso es respaldar al trabajador y a las fuerzas de seguridad.Por primera vez, Brasil dará prioridad a la educación básica, que es lo que realmente transforma el presente y hace el futuro de nuestros hijos. Tenemos que mirar aquellas naciones que son ejemplo para el mundo que a través de la educación encontraron su camino a la prosperidad.
Vamos a eliminamos el sesgo ideológico en nuestras relaciones internacionales. Vamos en busca de una nueva era para Brasil y los brasileños. Durante mucho tiempo, el país fue gobernado sirviendo a los intereses partidarios, no de los brasileños.
Vamos a restaurar el orden en este país. Sabemos que el tamaño de nuestra responsabilidad y los desafíos que enfrentamos. Pero también sabemos dónde queremos llegar y el potencial que tiene nuestro Brasil. Por eso, día y noche vamos a perseguir ese objetivo de hacer de nuestro país un lugar próspero y seguro para nuestros ciudadanos, en una de las más grandes naciones del planeta.
Pueden contar con toda mi dedicación para construir el Brasil de nuestros sueños.Doy gracias a Dios por estar vivos y los que oraron por mí y por mi salud en los momentos más difíciles. Pido a Dios que me de sabiduría para conducir a la nación. Dios bendiga a esta gran nación. Brasil por encima de todo. Dios por encima de todo. Este es nuestra bandera, que nunca va a ser de color rojo. Sólo será roja si necesitara nuestra para mantenerla verde y amarilla.