«El Estado volvió para quedarse»

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Juan Raúl Ferreira recordó aquel 16 de junio de 1984 cuando regresó con su padre hacia Montevideo, marcando el inicio de una nueva etapa en nuestro país.
¿Qué reflexión le merece un nuevo aniversario del regreso de Wilson?

Es una fecha que está muy presente en la memoria colectiva y en mi caso tengo recuerdos personales muy presentes. Se recuerda el regreso de Wilson pero yo no puedo evitar acordarme que vine con él.  Uno de los momentos más intensos en la relación padre e hijo es que al redactar la proclama de regreso veo que era en plural, se llama “volvemos el 16” y cuando termina de pasarlo a máquina me dice “firmá acá abajo”. Ahora él no está y yo sí y he visto toda el agua que ha pasado debajo del puente.

Cuando salimos del Hotel ya había una multitud donde se confundían las banderas del Frente Amplio con las del Partido Nacional. Wilson hizo un esfuerzo muy grande por evitar la partidización y en los panfletos que se repartían en Montevideo se omitía cualquier referencia de tinte partidario; decían jornada de reencuentro y de unidad nacional.  Al subir al barco un periodista le pregunta ¿por qué vuelve para ir preso? Y él responde “yo no vuelvo para ir preso, sé que voy a ir preso, que es otra cosa.  Ir preso o no depende de ellos, ser un hombre libre depende solamente de mí”.

La despedida, con honores militares ni se escuchó porque estaba desbordado de gente, la gente cantaba “vamos a volver al Uruguay para que vean que este pueblo no cambia de ideas lleva las banderas de la libertad”. Recuerdo que el barco se fue alejando y a medida que se apagaban las luces de la ciudad en el horizonte se apagaba también el eco de las voces que seguía cantando eso. Eran banderas del Partido Nacional y del Frente Amplio.    

«Al subir al barco un periodista le pregunta ¿por qué vuelve para ir preso? Y él responde “yo no vuelvo para ir preso, sé que voy a ir preso, que es otra cosa.  Ir preso o no depende de ellos, ser un hombre libre depende solamente de mí”

Cuando llegamos a Montevideo, el despliegue de toda la flota naval en los límites de las aguas territoriales, parecía que venían un ejército invasor en ese vapor de la carrera y periodistas del mundo entero transmitiendo, a pesar de que las tecnologías no eran las de hoy. Al bajar en el puerto nos enteramos que vamos a destinos distintos, el va a Trinidad y yo a Paso de los Toros y cuando los helicópteros remontan para llevarnos a los lugares de detención, pudimos ver todas las azoteas de la ciudad vieja, donde flameaban las banderas del Partido Nacional y del Frente Amplio.

Cuesta darse cuenta todo lo que habrá pasado por abajo del puente desde su muerte para que hoy el Partido Nacional tenga como posición solo el Frente Amplio y se haya coaligado con un conjunto tan heterogéneo de fuerzas, cuyo único común denominador es estar en contra del Frente. No fue así la lucha contra la dictadura, ni la recuperación democrática. Al Partido Colorado se lo invitó y decidió no participar. No quiero dejar de mencionar a Maneco Flores Mora, que junto a su hijo desfiló a lo largo de la avenida Libertador, con una bandera del Partido Colorado porque no quería que su vertiente histórica estuviera ausente.

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¿Cómo ve la actualidad de las fuerzas progresistas y su aparente educción al Frente Amplio?

Es un fenómeno que se está dando en el mundo y en la región, a mí me significó un cambio de tiendas. Evidentemente, cuando irrumpe el liderazgo de Wilson en el 71 no es para una convocatoria de tipo neoliberal sino para un proyecto que si hoy se lee suena como tremendamente revolucionario, progresista y transformador, donde el rol del Estado en la asignación de recursos jugaba un papel preponderante. Wilson nace al liderazgo con un proyecto tremendamente transformador, donde se habla de nacionalización de la banca, del comercio exterior, muy alejado de la doctrina de seguridad nacional que a veces inadvertidamente se va dejando deslizar en el programa de gobierno y algunos contenidos de la Ley de Urgente Consideración que está a consideración de la Cámara de Diputados en este momento. Era otra cosa, yo sigo fiel al tronco blanco en el que me formé.

«Yo sigo fiel al tronco blanco en el que me formé».

Wilson siempre decía que la legitimidad de un gobierno radica en lo jurídico, que lo puede dar solamente la expresión del soberano pero después hay otras cosas que dan legitimidad social y política y todo eso hoy está muy ausente. El Partido Nacional como tal tuvo la peor votación de su historia y la coalición en su conjunto, gana por un porcentaje muy pequeño. Habría que ser prudente en esa restauración que antes de la pandemia costó decenas de vidas, en Chile, en Ecuador, un golpe de Estado en Bolivia y  tensión institucional y muertos en Colombia.   

En Uruguay la LUC jugó un papel importante en la restauración de ese modelo neoliberal, un modelo en el cual el Estado no tiene que jugar un papel protagónico en la asignación de recursos, un modelo en el cual, contrario a lo que siempre sostuvo Wilson, es el gran capital el único reactivador de la economía y no los trabajadores. Eso ha explicado porque el 16 de junio de hace 36 años nos sentíamos del mismo lado de la vereda del Frente Amplio y hoy desde el Partido Nacional se lo considera su más acérrimo enemigo.

«En Uruguay la LUC jugó un papel importante en la restauración de ese modelo neoliberal, un modelo en el cual el Estado no tiene que jugar un papel protagónico en la asignación de recursos»

¿Qué lectura hace del hecho de que los únicos con posibilidades de detener ese retroceso del Estado fueran Cabildo Abierto y el Partido Colorado?

Es una paradoja, pero es así. El proyecto original era mucho peor.  También el Frente Amplio logró que salieran dos artículos claves en el proceso de desmantelamiento de Antel y de Ancap. No obstante lo cual, el proceso sigue, la manera como estamos encarando las consecuencias económicas s que va a dejar la crisis sanitaria. Mientras en todo el mundo, se congelan las tarifas, se suspenden sus pagos, en Uruguay se aumentan un 10%, se derogan algunos impuestos y en Uruguay se aumentan. Es toda una concepción. Después de esta pandemia la presencia del Estado se va a imponer, el Estado volvió para quedarse y parece que el gobierno uruguayo no toma nota de esa realidad.

«Después de esta pandemia la presencia del Estado se va a imponer, el Estado volvió para quedarse y parece que el gobierno uruguayo no toma nota de esa realidad»

En la crisis del 33, Roosevelt dijo que reactivaba la economía en 100 días, de ahí vino la tradición de medir la gestión de los gobiernos en 100 días y Roosevelt no disminuyó el déficit fiscal y cortó el gasto público, hizo todo lo contrario. La política keynesiana que aplica el presidente Roosevelt es sobre la base del aumento del gasto público y el déficit fiscal para reactivar la economía a partir de la demanda.

¿Qué le parece que va a pasar con el pensamiento wilsonista en los próximos años?

Cada tanto uno ve, en el Partido Nacional, gente con un discurso que está en las antípodas de Wilson y atrás aparece la fotito de Wilson, pero el esfuerzo de institucionalizar movimientos que se definan como tales,  ya se ha ido diluyendo mucho. El propio ministro del Interior que decía que iba a revivir el wilsonismo, no solo entró tercero en las internas sino que además ya prácticamente no habla más de Wilson. No es casualidad que el 16 de junio, ya ni se recuerda.

«El propio ministro del Interior que decía que iba a revivir el wilsonismo, no solo entró tercero en las internas sino que además ya prácticamente no habla más de Wilson»

Para mí ha sido una experiencia tremenda a partir de mi incorporación a la militancia frenteamplista ver la cantidad de viejos compañeros con los que nos formamos juntos en la juventud del Partido Nacional que ya estaban en el Frente. Me he encontrado con referentes importantes en el interior que hacía mucho tiempo que habían dado el paso porque sentían que el Partido Nacional no representaba aquellos valores que en el acierto o en el error aprendimos a abrazar desde muy jóvenes

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