Diego Ruete: «Estamos descubriendo la diferencia entre comer y alimentarnos»

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En diálogo con Revista Martes, el educador y cocinero Diego Ruete nos habla de la bondades de la Educocina y el libro que sacaron con Jimena Folle.

¿Qué significó la experiencia de mezclar la educación y la cocina?

Mi experiencia como educador me llevó a encontrar un problema, que descubrí que había en los niños, que es la desconexión que tenían con los alimentos de verdad, y el origen de estos alimentos. Luego, de acuñar la educación con la cocina descubrí que había una posible solución a este problema y surge la Educocina. Creo que es una herramienta sumamente válida para usaren casa y en las instituciones educativas.   

Hay un alejamiento de ese origen, en las góndolas se vende la ensalada cortada y mezclada, pronta para comer

«El interés de los niños en este tipo de procesos creativos de experiencias concretas es disparador de múltiples posibilidades en lo académico»

Sí, lo inmediato prepondera sobre los procesos largos. Hay una tendencia a cambiar eso, a cambiar que cocinar sea un trámite obligatorio sin otras atribuciones que saciar el apetito. Nosotros consideramos que es una actividad puede significar algo mucho más trascendente que meternos cosas adentro del cuerpo y el interés de los niños en este tipo de procesos creativos, de experiencias concretas es disparador de múltiples posibilidades en lo académico, las matemáticas, la química, la física, la biología, la geografía, la historia todo puede ser disparado a través de experiencias tanto en la huerta como en la cocina.  

Es un poco insólito que estemos en una situación en la que haya que pelear por ese espacio

Sí, a mí a veces me da un poco de vergüenza que haya que explicar las bondades de la Educocina. ¿Cómo que te tengo que explicar todo lo bueno que hay en torno a los vincular a los valores a los recuerdos y las posibilidades de salud? Estamos descubriendo la diferencia entre comer y alimentarnos. A nivel familiar y a nivel estatal el dinero que se invierte en salud para paliar problemas como las enfermedades crónicas no transmisibles, muchísimas de ellas causadas por el alto consumo de ultraprocesados y productos alimentarios, que no son alimento. En nuestra herramienta los agentes de cambio son los niños que llevan al receta a casa y cuando eso sucede es como cuando le damos una semilla a los niños y después nos mandan una foto con la planta.

«Cocinar con ellos va a resultar en algo mucho más trascendente, que algunas cosas que creemos importantes y realmente están un par de escalones abajo»

Foto: https://www.instagram.com/diegoruete/

¿Qué puede descubrirse en el ejercicio de dejar un poco el apuro cotidiano y dedicarle un tiempo a compartir la cocina?

Estas descubriendo que alimentarnos es una prioridad y que a través de ellas vas a descubrir un montón de cosas que hasta el día de hoy te parecían triviales, que no tenían consecuencias. Cocinando con ellos estamos encontrando un espacio de vínculo, descubriendo temas de conversación, desarrollando su autonomía y autoestima. Si tomamos la salud como una prioridad, cocinar con ellos va a resultar en algo mucho más trascendente, que algunas cosas que creemos importantes y realmente están un par de escalones abajo.

¿Cómo evalúa las políticas de gobierno en este tema?

Políticamente correctas hay un montón de palabras dichas, pero nosotros somos más de los hechos. Ahora tenemos un libro que pudimos hacer para dejar por escrito las bondades de la Educocina. De parte del gobierno y a las instituciones a las que le compete esto no hemos recibido el interés en desarrollarlo, capaz que no utilizamos los medios correctos, o necesitamos otro tipo de estrategias para ser escuchados, lo que nosotros sí queremos es que el Estado y las familias se den cuenta del valor de esto que hacemos y del potencial que tiene.

«Queremos niños con los pies en la tierra y las manos en  la masa, creemos que es ahí, en los hechos concretos, donde suceden los aprendizajes»  

https://www.instagram.com/diegoruete/

Yo en las redes siempre estoy buscando apoyo más que nada de privados, me olvidé de lo público porque la burocracia me aleja del territorio que es donde realmente pasan las cosas. Trato de convencer a empresas u organizaciones privadas que vean en la Educocina una herramienta de salud y educación, que a ellas les convenga aunque sea solo por una cuestión de marketing. No pretendo que se den cuenta del real valor que tiene esto, pero sí que vean que es algo lindo, que los niños disfrutan y que están aprendiendo, la educación se da mucho más cuando ellos se divierten haciendo cosas concretas con sus manos. En el libro decimos que queremos niños con los pies en la tierra y las manos en  la masa, creemos que es ahí, en los hechos concretos, donde suceden los aprendizajes.  

Primera parte. Entrevista con Jimena Folle: «Los papás hoy, tercerizamos el servicio»

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