El documentalista argentino Alfonso Gastiaburo, quien fue el realizador de Viewfinder 2012 respondió a las preguntas de la Revista Martes, al culminar el encuentro Viewfinder 2013, organizado por Al Jazeera y Docmontevideo. Con un estilo relajado, además de homenajear a Márquez, el mozo del Santa Catalina, Gastiaburo habló de su experiencia en la creación del documental Glances, uno de los proyectos ganadores del año pasado. Miralo aquí
¿Cómo ha pasado estos días en las actividades en Montevideo?
El taller que organiza Al Jazeera English en Montevideo es un acontecimiento inusual por el vínculo que la cadena construye con documentalistas independientes de Latinoamérica. El año pasado, cuando participé, viví desde adentro el proceso en el que cada director desarrolla su proyecto documental, estableciendo la narrativa de la historia para luego  adaptarla al formato observacional que proponen como abordaje documental y este año tuve la suerte de poder apreciar el proceso desde otro lugar.
Personalmente creo que la mayoría de los problemas que tenemos los documentalistas provienen de no tener una sólida formación narrativa, por lo cual hay poca tendencia a contar historias y es más común explicar temas. En ese sentido el trabajo que se desarrolla durante esta semana es un ejercicio excelente para cualquier documentalista y comprende una formación integral desde la práctica hacia la teoría.
Montevideo además es un lugar muy amigable, y creo que es importantísimo reconocer a Márquez, el mozo del bar Santa Catalina, como una persona fundamental en el desarrollo del cine, no solo en Uruguay sino en Latinoamérica toda, su aporte es invaluable y es la persona que más contribuye a que disfrute mis estadías en esta hermosa ciudad.
¿Cómo fue la experiencia de hacer Glances?
Había un montón de obstáculos que hacían desaconsejable a Glances para una primera experiencia con Witness. Tuvimos que hacer muy rápidamente toda la logística para filmar el documental en condiciones complejas: en la otra punta del continente, con un equipo mínimo, en comunidades indígenas apartadas, con diferencias culturales importantes, en las que no hablan castellano, con la protagonista con un embarazo de 8 meses, en época de lluvias y con los fondos retenidos por las restricciones bancarias argentinas.  A pesar de todos estos obstáculos fue bastante más difícil sobrevivir a la edición.
El proceso de trabajo con Patricia Boero (nuestra productora ejecutiva) y con Jean Garner (responsable de Witness en AJE), fue muy intenso, no estoy acostumbrado a resolver integralmente un documental en unos 4 meses. Trabajar con Al Jazeera English (AJE) fue una experiencia muy formativa, y haber sobrevivido es reconfortante.
¿En términos profesionales qué aspectos fueron los más significativos?
Adaptar la forma de narrar la historia para un público global. AJE tiene millones de televidentes en todo el mundo y es todo un desafío narrar una historia con esa universalidad.
¿Cuáles son los aprendizajes más relevantes que tiene para compartir de esa experiencia?
Que la instancia que garantiza salir airoso de un documental observacional es todo lo que comprende a investigación, guión y preproducción, porque si no tenés en claro lo que necesitás filmar para contar tu historia vas a acumular horas y horas de material intrascendente. Si sabés lo que querés decir, sabés lo que necesitás filmar.
¿Cuáles son las contribuciones más importantes que Viewfinder tiene para América Latina?
Viewfinder permite una relación directa entre documentalistas independientes y uno de los medios globales más prestigiosos, que se caracteriza por comisionar documentales que ningún otro canal internacional comisiona. La primera consecuencia de esto es que historias que intentan reflejar las transformaciones en Latinoamérica, tienen la posibilidad de acceder a un público masivo llegando a todos los continentes. Por otra parte, el hecho de formar y relacionar documentalistas independientes de toda América Latina es un algo que tiene un potencial enorme.