Chip facial, lo que queda por hacer

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Hasta hace un mes pensábamos que había clásico de invierno. O sea, amistoso entre Nacional y Peñarol un jueves de julio, 20.30hs en el Estadio Centenario. A esta altura de la vida, y en contexto Uruguay 2016, suspenderlo fue la mejor decisión tomada.

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Por Pablo Brando Blixen

Jugadores, Mutual, DT’s, Nacional, Peñarol, hinchas, creo “entendieron” (no todos por igual) la necesidad de suspender un encuentro clásico, que tenía dos equipos españoles de suma importancia, involucrados y con pasajes marcados para venir a jugar, como el Deportivo la Coruña y el Celta de Vigo.

El tema en cuestión y central en esta decisión son las medidas de seguridad en los espectáculos deportivos, y específicamente en el fútbol profesional. Los equipos “grandes” al tener canchas propias y usufructuar la localía como se debe (como lo hace cualquier “cuadro chico” del futbol uruguayo desde siempre) tomaron la brillante idea (y el negocio) de hacerse responsables de la seguridad de sus escenarios.

Estas decisiones y cambios en la logística de cada encuentro disputado en el Gran Parque Central como en el Campeón del Siglo tuvieron sus tensiones y consecuencias inmediatas. La primera es el retiro de la fuerza policial a orden del Ministerio del Interior en estos escenarios deportivos, dejando la seguridad privada como garante de orden y armonía de estos encuentros deportivos.

A ello, se suma que al próximo inicio de Campeonato Uruguayo “Especial” 2016 deben haber cámaras de detección facial en los estadios mencionados, sumado el Estadio Centenario.

¿Para qué haya policías dentro de estos escenarios tiene que haber cámaras de detección facial? Lo evidente es que el Ministerio del Interior precisa garantías y ayuda del fútbol (llámese AUF, clubes, Mutual) para mejorarlo. Pero ¿no suena una poco “zafada” que este Organismo Público asuma iniciativas y sea noticia estelar y en vilo de todos los hinchas y profesional del fútbol? Y ahora que la AUF decidió conseguir e invertir en estos cambios de seguridad en dichos espectáculos, ¿podemos ir tranquilos y volver a las canchas?

Desde el 2006 rige la Ley 17.951 que crea la Comisión Honoraria en la “Prevención, control y erradicación
de la violencia en el deporte”
con dependencia del Ministerio del Interior e integración del Ministerio de Turismo y Deporte, el Congreso Nacional de Intendentes y “tres personalidades del deporte seleccionadas por el Poder Ejecutivo a propuesta de las siguientes instituciones: AUF, OFI, MUTUAL, FUBB, BUA, Comité Olímpico Uruguayo y Confederación Uruguaya del Deporte”. (art.2; Ley 17.951).

En su Artículo N°6 expresa la voluntad en el Reglamento de Seguridad: 1) Normas relativas al ingreso de público a los espectáculos deportivos, especialmente las relativas a su registro con el fin de impedir la introducción de objetos que puedan menoscabar el confort, la seguridad, la higiene o la moral pública tales como bebidas alcohólicas, artefactos pirotécnicos, armas u otros.”

La norma hace 10 años lo avala y establece. Las cámaras ya fueron pedidas y exigidas desde el órgano supremo de la Comisión Honoraria. Y pasó poco más de un mes y se encontró el consenso necesario entre la AUF y el Ministerio del Interior. El primero, el económico. De 5 millones de dólares que valía el conjunto de cámaras, pasamos a un llamado abierto a distintas empresas para que presenten sus sistemas de seguridad y las cámaras de identificación facial que está exigiendo el M.I. Y el consenso inter-institucional, el que está permitiendo que ya entrados en agosto se vayan ajustando detalles para un nuevo comienzo de campeonato uruguayo.

Y con esta última noticia los más contentos en los medios son los periodistas deportivos. Trabajadores de la comunicación que nada de énfasis disponen y profundizan en estos temas planteados. Porque para tratar y “poner arriba de la mesa” temas de violencia en el deporte y temáticas respecto al deporte en general y al futbol en particular hacen caso omiso a buenos comentarios y a propuestas a órganos competentes. Y esto se vio reflejado en esta temática de cámaras, y seguridad. Fueron periodistas de otro “corte” que trataron y siguieron el día a día de este conflicto. Se sintió un silencio molesto de estos periodistas que no saben, no quieren, ni buscan comunicar noticias y temas que tocan a la sensibilidad de la sociedad en general y de los hinchas del futbol en particular.

Son dos largos meses de inactividad desde que terminó un campeonato para el comienzo de uno nuevo. Si no era con las cámaras y el eterno e “insolucionable” conflicto de violencia en el deporte, ¿con qué nos distraían? ¿Con el pase de Liguera y el huevo Lozano a Nacional? ¿Con el paraguayo Avalos y la partida de Forlán de Peñarol? No, con eso ya no alcanza. Y ya estamos en agosto. El show y el futbol deben continuar. Luz, cámara, futbol.

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