Entrevistado por Revista Martes, el politólogo Daniel Chasquetti analizó los efectos del caso Carlos Moreira y la situación en Chile sobre la campaña electoral. «Este asunto no va a salir de la agenda en estos días y eso no le hace bien al Partido Nacional», afirmó.
¿En qué medida puede afectar los últimos acontecimientos a los resultados de las elecciones, pensando principalmente en la situación en Chile y el caso Moreira?
Evidentemente es un cierre de campaña no pensado. Si nos retrotraemos al miércoles pasado las cosas eran sustancialmente distintas, sobre todo pensando en la oposición. Lacalle Pou estaba haciendo una gira por el interior con actos multitudinarios, muy concentrado en la elección de octubre y la explosión del caso Moreira lo complicó porque lo obligó a hacer un alto y tratar el tema en una conferencia de prensa y genera una imagen complicada, las caras lo decían todo.
«La explosión del caso Moreira lo complicó porque lo obligó a hacer un alto y tratar el tema en una conferencia de prensa»
Después la repercusión pública de este asunto, que se manifiesta en las redes pero también en las conversaciones cotidianas de las personas. Un asunto que no le hace nada bien al Partido Nacional y por más que la decisión de sacarlo del partido fue rápida e inteligente, el tema permanece. Hoy (lunes)en Colonia hay un acto de desagravio a favor de Moreira, hay declaraciones de Botana, siguen circulando audios, este asunto no va a salir de la agenda en estos días y eso no le hace bien al Partido Nacional.
Lo de Chile le pega más a Talvi, que en algunos de sus spot menciona algunos aspectos del modelo chileno, eso lo obligó a tener que salir a aclarar que Chile no es el modelo de él, y eso era noticia, que Talvi tomaba distancia del modelo chileno. Son cuestiones que vinieron a meter ruido y enredar en el fin de la campaña.
Uno puede imaginarse que esto tiene costos, no sabemos cuánto ni cómo, pero sí que no es el mejor cierre de campaña. Las campañas, habitualmente, se tienen que cerrar con un mensaje positivo, de esperanza, y la verdad es que esta forma no tiene nada que ver con eso.
«Las campañas, habitualmente, se tienen que cerrar con un mensaje positivo, de esperanza, y la verdad es que esta forma no tiene nada que ver con eso».
¿ Cree que los efectos del caso Moreira , hubieran sido distintos si el hecho hubiera ocurrido en el Frente Amplio?
Esta es una forma de hacer política bastante extendida en el interior del país, los gobiernos departamentales o subnacionales tienen una forma de comportamiento que son del viejo Uruguay, de mediados del siglo pasado, muy particularistas, con mucho favoritismo para ciertas personas que se vinculan al partido, a los caudillos. Esa forma de hacer política a nivel nacional no existe más, la política nacional es mucho más programáticas, hay otra forma de juego político, pero a nivel departamental se mantiene y eso es malo porque no contribuye a fortalecer la democracia, que es una idea basada en la igualdad. En verdad, este manejo de pasantías de manera discrecional atenta contra esa igualdad. Lo que necesita la democracia son métodos universales que pongan en la misma línea a todos los actores. Me parece que es un episodio que le hubiese pegado a cualquier partido.
La otra parte del problema es cómo se manejan las relaciones entre un hombre con poder y una mujer sin poder o con menos poder.
¿Cree que Cabildo Abierto puede sacar rédito de este desorden de último momento?
El voto de Cabildo Abierto es un voto que clama por orden, por un caudillo y un líder que venga a ordenar. La percepción de los votantes sobre el estado de desorden, abarca mucho más que cuestiones vinculadas a cómo se hace política, están más centradas con el problema de la seguridad, con la agenda de nuevos derechos, porque son votantes conservadores mucho de ellos. Me parece que en la medida en que se desprestigia a los actores tradicionales, los actores nuevos que vienen de afuera del sistema y que traen una prédica antisistema-en el programa de Cabildo Abierto se plantea achicar el Parlamento, bajar los sueldos- pueden salir ganando.
«En la medida en que se desprestigia a los actores tradicionales, los actores nuevos que vienen de afuera del sistema pueden salir ganando»
La segunda vuelta de 2014 tenía un resultado bastante previsible y eso influyó en la campaña, ¿Cree que ese escenario puede volver a repetirse?
Si el Frente Amplio consigue un 45, 46% de los votos válidos puede volver a pasar. Para que tengamos una segunda vuelta competitiva el Frente Amplio debería quedar en el 42, 43%, si sube hasta el 45% está muy cerca, y las probabilidades de reversión son más complicadas. En realidad hay como una evidencia que el Frente Amplio en segundas vueltas, consigue 5, 6%. Son votantes que por alguna razón no quieren a los Lacalle, o al blanco o no quieren una coalición con las características de las que se está hablando. Dije que 45% de los votos válidos porque hay que quitar votos en blanco y anulado que promedialmente en Uruguay son un 3, 3.5%. Estamos hablando del 45% de 98, lo que sería 43, 44 de lo que dan las encuestas que publican considerando blancos y anulados. Hay una línea muy relevante que se va a conocer el domingo.
«Hay como una evidencia que el Frente Amplio en segundas vueltas, consigue 5, 6%. Son votantes que por alguna razón no quieren a los Lacalle, o al blanco o no quieren una coalición»
¿Cómo cree que va a ser la jornada del domingo?
Va a ser una jornada con mucha incertidumbre y eso es bueno para la democracia.
La democracia no funciona si el resultado lo sabemos de antemano. Se vuelve
aburrida y genera descreimiento, pero si hay incertidumbre, todo ciudadano se
va a sentir motivado para ir a votar y lo va a hacer con convicción.