Centro militar: «No dejaremos pasar sin respuesta ninguna de las infamias»

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Al conmemorarse 116 años de la fundación del Centro Militar, los militares agrupados en esa institución realizaron un acto en el que el presidente aludió a las próximas elecciones nacionales y llamó a evitar la consolidación de lo que entienden como una discriminación contra las Fuerzas Armadas.

Lo que sigue es la transcripción de la última parte del discurso brindado por el presidente del Centro Miltiar, Carlos Silva Valiente.

«Estos trabajos son ya y seguirán siendo la base de nuestras declaraciones, de nuestras posiciones frente a la opinión pública y de la defensa de aquellos intereses comunes a todos nuestros camaradas.

Somos conscientes, sin embargo, de que todavía existen algunos sectores de la población o más bien del espectro político e incluso jurídico que mantienen prejuicios hacia las Fuerzas Armadas.

Por eso nuestra voluntad cotidiana de atender y enfrentar esas campañas negativas, demostrando que son maliciosas y tratan de afectar la integridad de las FFAA. Que quede bien claro ahora y siempre: no dejaremos pasar sin respuesta ninguna de las infamias que cada tanto los enemigos de la paz lanzan contra las Fuerzas Armadas y el honor y derecho de sus integrantes.

«Que quede bien claro ahora y siempre: no dejaremos pasar sin respuesta ninguna de las infamias que cada tanto los enemigos de la paz lanzan contra las Fuerzas Armadas y el honor y derecho de sus integrantes»

Y para terminar, un tema que está en la agenda de todos, como lo es aquello que define a las circunstancias de este año, que son especiales en muchos sentidos porque abarcan intereses y preocupaciones que afectan al país, a sus instituciones y al espíritu republicano que desde siempre caracteriza a nuestra Nación.

Los militares, conscientes de la realidad y comprometidos con el destino del país, no somos ajenos a estas expectativas y disyuntivas.  Para nosotros es  importante que las decisiones que se adopten en este año, más allá de preferencias partidarias, tengan como dirección absoluta el irrestricto respeto a las nociones que presiden y orientan nuestro ordenamiento nacional.

El nuestro es el Club Militar más antiguo y de mayor volumen de nuestras Fuerzas Armadas. Esto último, como se comprenderá, nos obliga todavía más a ser precisos y certeros en nuestras definiciones, en nuestras posturas y acciones. Y por eso hoy queremos ser bien exactos en nuestras definiciones acerca del tema político.

No tenemos los militares ninguna preferencia partidaria a priori; nuestro partido es el de la defensa de la Constitución, nuestra ideología es claramente la artiguista. Sabemos que el espectro político ofrece distintas opciones de programas, de ideas, de proyectos, de candidatos y de promesas con los que podríamos tener más o menos coincidencias. Pero en particular hoy no nos pronunciamos sobre ninguno de estos aspectos porque consideramos que primero hay que poner a salvo lo que es indiscutiblemente primero en la jerarquía de bienes de la Patria, como sin duda lo es el riguroso cumplimiento de la Constitución y de todas sus determinaciones, garantías y obligaciones.

«No tenemos los militares ninguna preferencia partidaria a priori; nuestro partido es el de la defensa de la Constitución, nuestra ideología es claramente la artiguista».

La naturaleza del voto militar únicamente  está mandatada y esclarecida por los hondos preceptos del ideario de nuestro Prócer, el General José Artigas. A ellos nos debemos en todas las horas los servidores de la Patria, con ellos vamos dónde sea llevando en alto el orgullo de nuestra pertenencia y de nuestra identidad.

Eso quiere significar que no consentiremos ninguna laxitud, ningún desprecio, ningún olvido, ninguna prescindencia, ninguna violación de lo que dice, ampara, consagra y manda la Constitución. Los hechos y la memoria de los hechos están todo el tiempo presentes para mostrarnos de qué lado está la legalidad y la sumisión a la letra y espíritu de las leyes, y de qué lado se encuentra el desdén al orden y a la moral del Estado de Derecho.

«La naturaleza del voto militar únicamente  está mandatada y esclarecida por los hondos preceptos del ideario de nuestro Prócer»

De la coherencia y lucidez que tengamos a la hora de discernir nuestra voluntad cívica depende mucho de lo que esperamos para bien del Uruguay y de sus habitantes. Asimismo de esa exigente actitud que nos reclamamos depende que se le preste atención a mucho de lo que constituyen las demandas específicas de las Fuerzas Armadas para que puedan posicionarse cada vez mejor en el rol que les corresponde, porque –hay que decirlo con todas las letras—venimos de muchos años de erosión y de falencias en varios aspectos y es hora de aceptar que hoy más que nunca el Uruguay necesita disponer de un sentido de la defensa de sus recursos e intereses de la mayor calidad posible para hacer frente a las nuevas amenazas que desde varios frentes ponen en riesgo su soberanía, su paz interior y la tutela de sus bienes reales o potenciales.

Si el país se propone asumir cambios a partir de las decisiones electorales, esos cambios, para estar en línea con la realidad moral y material de lo que se espera para el bien de la República, deben contemplar el atraso salarial que sufren los integrantes de las Fuerzas Armadas, que en comparación con todos los organismos del Estado, se ubican inexplicablemente muy por debajo del promedio bajo de la administración pública, configurando una notoria discriminación y un desprecio claro a nuestros derechos.

«Si el país se propone asumir cambios a partir de las decisiones electorales, esos cambios, para estar en línea con la realidad moral y material de lo que se espera para el bien de la República, deben contemplar el atraso salarial que sufren los integrantes de las Fuerzas Armadas»

Las mismas Fuerzas Armadas que están todo el año a la orden, sin conocer feriados, horarios limitados ni prebendas de ninguna clase, cuyo estatuto de servicio las obliga a cumplir en cualquier circunstancia sin atender a nada que no sea el deber, necesitan un ajuste que exprese el mínimo reconocimiento hacia sus funciones.

Ello conlleva respetar, no violentar, la diferencia de condiciones de trabajo y de retiro del personal de las Fuerzas Armadas respecto de los aportantes de otros sistemas públicos o privados, e impedir que se consoliden injusticias por efecto del desconocimiento de la índole que tiene la prestación militar en relación a otras actividades.

En fin, los meses que nos esperan son decisivos para el destino nacional.

Con esa consciencia estamos hoy acá, en esta celebración tan especial que nos congrega en la amistad y en la camaradería bajo las gloriosas banderas de la Patria y al amparo de la palabra y el legado de nuestro Prócer».

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