Fernando Amado habló con Revista Martes sobre su último libro La Máscara de la Diversidad y llamó a “no tener miedo de vernos y evaluarnos sin ningún tipo de condescendencia”. Además habló de la autoflagelación como sociedad y la discriminación a la interna de las organizaciones LGBT. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.
En el libro contás cómo fue la discusión y el análisis previo a escribirlo, las posibles repercusiones y consecuencias que podía tener investigar sobre la comunidad LGBT en Uruguay. Luego de publicado y presentado el libro ¿qué evaluación hacés sobre eso, fue peor o mejor de lo que pensabas?
Siempre me pareció que era un tema que exigía altos índices de calidad y atención. Siempre pongo todo de mí en cada una de las investigaciones pero en este caso era un tema especial, un tema muy sensible, estaba ese plus que hacía que existiera un cuidado desde muchos ángulos y que fuera un libro equilibrado donde el escritor no se viera traicionado por el político, porque el político tiene sus ideas y su filosofía y su forma de pensar, pero el escritor investigador lo que tenía que hacer era arrojar luz a partir de hechos.
Fui sintiendo una tranquilidad profesional, personal y espiritual en los días posteriores a que el libro salió. Cuando empecé a sentir la devolución de lo que les había parecido y que había algunas personas más radicalizadas que no les había gustado y otras personas que interpretaban totalmente equivocadas que era un libro que intentaba dejar mal parada a la colectividad LGBT , sentí que el desafío estaba cumplido por la razón del artillero; si las barras fanáticas -sean del lado que sean- tienen una mirada dogmática, el libro está en el punto que tiene que estar, que es no ser condescendiente con el objeto de estudio y haberlo tratado con la imparcialidad que los lectores merecen.
«Fui sintiendo una tranquilidad profesional, personal y espiritual en los días posteriores a que el libro salió»
Hay algunos fanatizados contra la agenda de derechos que en un primer momento se marearon con los aplausos y sintieron que capaz que era un libro negativo para la colectividad LGBT y algunos fanáticos de la comunidad LGBT que no les gustó que en algún sentido existiera un avance sobre la realidad que ni siquiera lo digo yo, lo dicen los propios activistas y principales figuras del colectivo Ovejas Negras.
Ahí el punto más delicado es la forma de presión sobre los legisladores y los dirigentes políticos para la aprobación del matrimonio igualitario
El semanario Búsqueda en el avance del libro decide explotar dos capítulos que se refieren justamente a lo que tiene que ver con el lobby y la forma del lobby y hasta dónde fueron los límites, hasta dónde se avanzó en la presión a legisladores para obtener los votos para el matrimonio igualitario, esa información está detallada, contextualizada y explicada por los propios integrantes de los colectivos que peleaban por la aprobación del matrimonio igualitario y hay como cuatro o cinco episodios que son muy interesantes porque hablan con honestidad brutal contando cómo fue, no escondiendo la leche de nada y dicen “visitamos a todos los legisladores pero además tratamos de conseguir información de los legisladores, había mucha información el Uruguay es chico la información circula rápido”. En el libro el lector va a encontrar el retrato de esas cuatro o cinco situaciones que son las que quedan en el ojo de la tormenta porque ahí la gente y muchos periodistas dicen acá hay extorsión o esto es utilizar información privada de un legislador para presionarlo para que vote tal cosa. Se genera un tema de discusión si se pasaron esos límites éticos o no.
«El libro está en el punto que tiene que estar, que es no ser condescendiente con el objeto de estudio y haberlo tratado con la imparcialidad que los lectores merecen».
Creo que está bueno que se haya generado esa polémica porque permite avanzar en blanquear la realidad de cómo son los procesos a veces en el Parlamento, en el poder y en distintos ámbitos y es parte de ese coraje que tiene que tener la sociedad uruguaya para enfrentarse a sí misma, mirarse al espejo y reconocerse con aciertos y con errores, con las partes lindas y sus imperfecciones, por eso yo también celebro esto que hace Ovejas Negras de blanquear estas situaciones, cuando en muchos otros ámbitos de la vida del lobby parlamentario pasan cosas parecidas o peores, pero nadie las habla con franqueza.
«Celebro esto que hace Ovejas Negras de blanquear estas situaciones, cuando en muchos otros ámbitos de la vida del lobby parlamentario pasan cosas parecidas o peores, pero nadie las habla con franqueza».
Es un libro escrito desde el respeto, pero también con libertad. No es un libro de buenos o malos o que haya sido escrito para denunciar esa presión.
Eso es tal cual, cada vez que me he enfrentado a un libro me he planteado ese mismo desafío; escribir sobre cualquier institución sobre cualquier personalidad o poder, con esas dos características: respeto y libertad. Con el respeto que se merece esa sociedad, ese grupo de personas, pero con la libertad de hacer una investigación y después arrojar en el texto todo lo que yo fui encontrando que tiene valor para humanizar y acercar al lector ese fenómeno. Allí aparecen las luces y sombras que tiene cualquier sociedad, cualquier grupo de poder, cualquier personaje público que son propios de la característica humana. Algunos verán más luces que sombras y en otros verán al revés. Si queremos como país y como sociedad avanzar la única forma de avanzar es con la verdad, no con la hipocresía. Son los propios actores que cuentan cómo fue, no soy yo.
«El lector va a encontrar el retrato de esas cuatro o cinco situaciones que son las que quedan en el ojo de la tormenta porque ahí la gente y muchos periodistas dicen acá hay extorsión»
En el libro, quien lo lea va a ver que siempre hay una cuota de hipocresía de doble moral que me parece que es parte del Uruguay que tiene que seguir discutiendo por eso es fundamental la verdad y la libertad, es necesario hablar de estos temas con total naturalidad y poder discutirlos con honestidad intelectual a fondo.
Hay historias personales que amplían la discusión y reflejan las diferentes realidades que atraviesa la desigualdad: ser mujer, ser hombre, ser blanco o negro…
El libro fue muy ambicioso porque era tratar de lograr una síntesis de varias realidades que están vinculadas a lo que es no ser heterosexual en el Uruguay, en el pasado reciente, en el presente y en lo que uno puede intuir que puede ser en el futuro. Fue un objetivo ambicioso e incluía mostrar cómo atraviesa la temática distintos tipos de discriminaciones, de factores que hacen que sea más fácil o más difícil la vida, la convivencia, el relacionamiento, la realización personal, profesional, amorosa, dependiendo de factores que nada tienen que ver con la política o lo legislativo, sino que tienen que ver con de dónde venís, de qué hogar, qué valores cultiva la familia, de de lo económico. Las discriminaciones que hay hacia adentro de la propia colectividad, cómo la sociedad por momentos es tan autoflagelante que se autoflagela, de la manera más insospechada, cómo en los colectivos organizados y a veces en la sociedad misma se da que un sector históricamente vulnerado, violado en sus DDHH, ultrajado muchas veces, que trae todo eso como aprendizaje en su piel, en su cabeza, en su historia de vida, termina reproduciendo lógicas similares de discriminación hacia dentro de su propio colectivo, hacia adentro de sus propios hermanos y hermanas de comunidad y de lucha, que están peleando por tratar de radicar justamente que la sociedad los trate de determinada manera y cómo a veces eso se practica intracomunidad y extracomunidad, como a veces se mimetiza y se trata de manera discriminatoria a la otra parte de la sociedad.
«En los colectivos organizados y a veces en la sociedad misma se da que un sector históricamente vulnerado, termina reproduciendo lógicas similares de discriminación hacia dentro de su propio colectivo»
Me parece muy interesa desde el punto de vista de alguna manera de piscoanalizarnos como sociedad. Es imposible la libertad y el avance de una sociedad, sino hay verdad y la única manera que haya verdad es enfrentar la realidad con sus aciertos y horrores. Las sociedades cometen horrores, nosotros como humanos nos equivocamos y le erramos feo y a veces los errores que cometemos son realmente difíciles de comprender. La única manera de superarlos es no esconderlos, enfrentar esos traumas, esas cosas que nos pasan para poder después de enfrentarlo, superarlo.
Tenemos que dar el debate de si queremos dejar de ser ese Uruguay al que por un lado le parece que hay que hacer las cosas bien, pero si uno rasca, enseguida aparece la viveza criolla y el doble discurso, justificando formas de comportamiento que tenemos que sin duda significan hacer un bypass o alterar lo que sería actuar bien.
«Es imposible la libertad y el avance de una sociedad, sino hay verdad y la única manera que haya verdad es enfrentar la realidad con sus aciertos y horrores».
Si no logramos como sociedad, en decenas o cientos de años, animarnos a hablar en serio y no tener miedo de vernos y evaluarnos sin ningún tipo de condescendencia o bondad, minimizando nuestros errores para tratar de justificarnos…
Hoy es obvio que todavía hay una parte de la sociedad uruguaya que seguramente tolera porque tiene que tolerar la convivencia con gente que tiene una identidad distinta a la heterosexual pero la tolera a la fuerza, si fuera por ella no la toleraría, si fuera por ella la discriminaría. Lo tenemos que enfrentar y trabajarlo con la gente más joven para que eso no se reproduzca en las nuevas generaciones, trabajarlo con los más veteranos como dice Federico Graña cuando cuenta que uno de sus colegas y camaradas comunistas, le dicen “no me pidas que vaya a la marcha de la diversidad, pero yo ya entendí”.
«Tenemos que dar el debate de si queremos dejar de ser ese Uruguay al que por un lado le parece que hay que hacer las cosas bien, pero si uno rasca, enseguida aparece la viveza criolla y el doble discurso, justificando formas de comportamiento»
Supongamos que vos sos heterosexual y yo te pregunto ¿tenés miedo de que alguien te descubra por ser heterosexual? ¿Tenés miedo de perder la amistad o el amor de algún familiar porque descubran que vos sos heterosexual o tenés miedo que en el trabajo, en la Facultad o en la empresa, puedas ser postergado o echado porque descubran que sos hetereosexual? Si sos hetosexual la respuesta va a ser no entiendo de lo que me estás hablando, pero si le preguntamos a alguien que no es heterosexual todas estas preguntas no solo tienen lugar, si no que la han sufrido y vivido en carne propia y muchos la viven todos los días. El día que eso sea igual para heterosexuales y no heterosexuales habremos llegado a la utopía de una sociedad igualitaria donde importa nada el dato de tu orientación sexual o tu identidad de género.